1. Salsa de Soya
Es elaborada tradicionalmente mediante una larga fermentación de granos de soya y trigo tostado. En general, es el equivalente oriental a la sal. Hay de 2 tipos: Oscura - Es más densa y salada, se usa para cocinar, marinar y aderezar.
Clara - Puedes usarlo en el Dim Sum o como salsa para vegetales y carnes ya preparadas.
2. Aceite de Sésamo
El aceite de sésamo (Que también es un básico de la cocina árabe) tiene un aroma tostado muy particular, y se usa en crudo o para salteados. OJO con la cantidad que ponemos, es intenso y no vas a querer que te sepa todo a barrita dietética.
3. Aceite de Maní
El aceite de maní es bastante neutro y aguanta muy bien las altas temperaturas, es perfecto para freir. Si no lo encontramos, lo mejor es sustituirlo por girasol.
4. Jengibre
Junto con el ajo, es el gran pilar de la cocina china. No es exactamente una conserva, pero aguanta tanto tiempo en buenas condiciones que casi se puede considerar como tal.
El jengibre es un arma de doble filo: en su justa medida, aporta un aroma fresco y alimonado; si te pasas, es como si chuparas una bolita de alcanfor. Aunque se puede usar en vinagretas, estofados, con verduras, carne o pescado, en China se usa mucho pelado y cortado en bastoncitos, para aromatizar el aceite de los salteados pero poder separarlo después.
5. Brotes de Bambú en Conserva
Si te gustan los palmitos, te gustará el bambú en conserva. No tiene ningún tipo de secreto ni preparación, se puede comer recién salidos de la lata y acompañados con casi cualquier cosa. Los brotes se cosechan antes de las dos semanas (antes de que empiecen a volverse fibrosos) y tienen un sabor ligeramente dulce y una textura crujiente.
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